La amaba, nadie dudaba de eso, mucho menos ella. Luego de hacer el amor, le tomó las manos a su prometida y jugueteó un poco con ellas. Subió por sus brazos mientras le endulzaba el oído con te amos una vez más. Llegó a los hombros, esos llenitos de pecas que tanto le gustaba contar a punta de besos. Culminó el recorrido en su cuello largo, elegante, y allí se detuvo. Lo rodeó con las manos que segundos antes le habían acariciado el cuerpo entero y empezó a apretar, apretar, apretar...
―Espero que a tu amante le sigas gustando en color azul― le dijo mientras la escuchaba exhalar el último suspiro.
y como acaba el asunto, muere o no muere??
ResponderEliminarquedaria muy bonito que él le regalara un suspiro y la repusiera en la vida
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