29 sept 2010

Tomados de los ojos.

   Este es el relato ganador del I Certamen de Relatos Eróticos Remo-Aldama á trois realizado por la Escuela de Escritores de España. Lo comparto contigo porque es un relato que en ningún momento pretende ser vulgar, ni siquiera se atreve a llegar a eso. Es un relato para que hagas con él lo que quieras. Tómate tu tiempo, vale la pena leerlo. Sé libre de imaginar: de imaginar el poder de una mirada.


"Llegué a tu casa pensando lo que siempre nunca las palabras alcanzan a decir. Por ejemplo, pensaba yo, cómo ir diciendo la relación que existe entre el olor del dafne después de una tarde de lluvia y el aroma de la suave quebrada de dos pechos de una mujer saliendo desnuda del lago.

O bien cómo decir que en el cuello hueles a magnolia que huele como durazno maduro pero no es precisamente eso, sino el hambre y una dulzura medio salvaje como una siesta bajo un manzano o el roce de la seda más recóndita en mi mejilla.

Y toqué el timbre pensando que esa manera tuya de decir hola es algo más que eso porque hay detrás una pregunta o una esperanza o simplemente ganas de que diga perdón, me equivoqué y chaíto. Pero tampoco es eso, porque hay un leve roce de los ojos que dicen pasa te estaba esperando y siento como un aura al entrar y me envuelvo en ella como en una nube y te dejo pasar y con éstos mis ojos te busco la nuca a través de la nube que se abre y ahí está tu nuca, veo claramente el escorzo del cuello y bajo y toda ondulas hasta que te sientas y algo dices, qué me importan las palabras, y me siento frente a ti, dispuesto a todo y a mirarte.

Hablabas, creo, de tu último viaje a Panamá y las palabras se elevaban como burbujas transparentes, bailaban unos segundos en el aire y luego se estrellaban y se deshacían contra el techo y las sílabas caían como pedacitos de cristales sobre la alfombra.

Te miré sobre los ojos, justo en medio de la frente, y fui desviándome lentamente hacia un lado. Me metí en tu pelo, enredándome suavemente, te susurré en el oído con mis ojos (los tuyos tiritaron) y con la misma yema de los ojos te fui perfilando: el pecho izquierdo tomé como si fuera una taza, bajé por el costado, la cintura, la cadera, seguí bajando y di gracias a Mary Quant por haber existido y por la brevísima falda blanca de su regreso. Llegué a tus muslos levemente cobrizos y ahí me quedé un rato, como durmiendo sobre una parva de trigo.

Tu voz me sacó de esos dos soles morenos y voló mi mirada y se puso a volar distraída por cualquier parte, como una mariposa nocturna : los ceniceros de cristal, las figuras de porcelana, una reproducción de Gauguin, un loro ecuatoriano de miga de pan, hasta que sentí el resplandor, el foco, tu mirada, y decidí lanzarme a ella, suicida. Ahí quedamos, agarrados de los ojos, tú diciéndome todo este tiempo te esperaba, metiéndome yo en tus ojos, tú en los míos diciendo sí ya estoy dispuesta, sumergido yo en tus ojos, de qué color son estos ojos, como el agua, como bajo el agua cuando el sol dibuja sus rayitas, buceo dentro de ti, misteriosa, submarina, y salgo a respirar a la superficie, salimos.

Recogí mi mirada y empecé a cargarla con todas mis fuerzas, bien de adentro, le puse toda la potencia y la eché a gatear, a reptar, a deslizarse sobre la alfombra hasta llegar a tu tobillo y lamerlo como un cachorro y sientes que ahora sube una lengua por tus pantorrilla, tus rodillas redondeo, miro hacia arriba y me levantas de los ojos, puro silencio ahora, besándonos los ojos, la comisura de los labios rozo, los labios que entreabres, asoma tu lengua y humedece, busca y entra, voy por tu cuello como un caracol y suspiras, te acomodas en el sillón y vuelvo a tus rodillas, me arrodillo, dejo un rastro de saliva entre tus muslos, un rastro espiral que va subiendo mientras aflojas las piernas y con los ojos me agarras la cabeza, metes los dedos de los ojos entre mi pelo y tiras, suspiras cuando bordeo la ingle, pego los labios en la superficie húmeda sedosa de la tanga, sientes mi aliento caliente, juega mi lengua en el borde, se desliza y entra, abre los labios, como el mar salado eres salada y sabrosa, como el mar te vuelves ola y ola, tus ojos se desenredan de mi nuca y levanto la cabeza y otra vez me dices pasa, como al principio de esta historia.

-Me estás mirando diferente -escuché tu voz suavemente profunda.

-Estoy concentrado -te dije- cállate. Y apoyaste la cabeza en el respaldo del sillón, ¿estoy bien así?, un poco más te digo y obediente abres las piernas, me voy abriendo paso y entro: siento tus suspiros suaves en mi oído, cada vez más a fondo entro, húmeda tibieza, ahora abre y cierra las piernas con ese ritmo suave, apriétalo como quien ordeña, ananga ranga, deja caer las sandalias y afirma los talones sobre la alfombra, único punto de apoyo, levanta el pubis y gira, sube y ondula, empieza a sentir mi contenida respiración jadeante en tu oreja, saco un pecho de tu blusa y se desborda blanco, aprieto el pezón rozando con mis ojos labios, lo dibujo con la lengua y chupo, suena tu queja en mi oído más adentro, buscas mi cuello como loba en celo, giras, dejas caer la mano floja sobre el pubis y sientes que mirando estoy entrando y saliendo y entrando y tú hundes las uñas en mi espalda, enredas tus piernas en mis piernas, lengua y oreja, lengua y lengua, lengua y cuello, diente y hombro, suspiro y bramido, te va subiendo la mezcla de la vida y la muerte al corazón que te galopa y también yo siento que voy a estallar y caer al precipicio, viene el vértigo, estamos agarrados de los ojos hasta las uñas cuando sentimos abrirse la puerta, debe ser tu hijo, debe ser mi hijo, rápido salgo, de una mirada te coloco la tanga, te acomodo la blusa y el pelo, te bajo la falda, de una mirada me subes el cierre y me desalborotas los ojos, con puras miradas colocamos todo en su lugar y saco la voz y te pregunto cómo te ha ido en tu viaje.

-La plata no alcanza para nada -respondes.

Muevo la cabeza, triste.

-Así pasa. Los pobres siempre nos quedamos con las ganas."

Guido Eytel

Te regalo un cuento.



   Te regalo un cuento. Podía haber sido un paseo por el parque o una canción a medio hacer. Una carta de amor, un capuccino en tu plaza favorita o un truco de magia sin ensayar apenitas. Pero no. Quería que fuera un cuento. No para después de hacer el amor ni para que nos echemos de menos. No para que suene el Adaggieto de la quinta de Mahler, ni nada por el estilo.

    Te regalo un cuento para que puedas hacerlo tuyo dibujándole una narizota, para que lo compartas con tu vecina de escalera o con tu gato. Para que elijas la banda sonora que te apetece que suene de fondo mientras lo lees.

    Yo tengo mis canciones para escribirte. Tu las tuyas para leerme.

   Te regalo un cuento para que puedas llevarlo contigo, dobladito en el bolso, o entre las páginas de un libro de Benedetti. Para que cuando te enfades conmigo puedas estrujarlo y hacer con él una pelota de papel, arrojarlo por la ventana y mirar complacida cómo lo atropella un autobús. Para que lo fotocopies mil veces y le entregues una copia a quien más te apetezca. Para que envuelvas con él una manzana o para colgarlo en tu pared. Para que le claves alfileres los días en los que me matarías. O para apuntar encima del título el teléfono de tu banco.

   Te regalo un cuento improvisado. De esos que empiezas a escribir sin pensar y que no sabes cuándo acaban. Te regalo esta noche y todas las demás. Te ofrezco mi sonrisa non stop, sin conservantes ni colorantes. Aún a riesgo de poder ser acusado de alevosía y nocturnidad, y aunque puedan encontrarse muchos más agravantes.

    Te dejo abierta la ventana para que te cueles, para que me espíes ésta noche. Para que me veas sin que te vea. Para que me cuides un poco sin que yo lo sepa.

   Te regalo una idea. El concepto más hermoso de complicidad, un escenario vacío en el que buscar la manera de encontrarse. Te regalo un cuento que habla de amigos y de sueños, de noches de verano pegajosas, de mí mismo mientras me imagino tu cuarto desde lo alto del cielo, antes de lanzarme en picado sobre tu almohada. De kamikazes que se estrellan en tus brazos y que no vuelven a despegar, ni falta que les hace.

   Te regalo el kit completo de cariño, el maletín mágico con el que jugabas de niña a maquillar muñecas y cocinar guisos de plastilina mientras yo fabricaba dinamita con el Quimicefa.

   Te regalo un cuento indeterminado sin pies ni cabeza, sin trama ni desenlace final, sin argumentos y sin actores de reparto. Sin moraleja. Y si la tiene, que sólo tú la conozcas.
 

   Lo único que necesitas es apagar la luz, cerrar los ojos y la puerta de tu habitación, no necesariamente en ese orden. Dejar que te lea al oído, olvidarte de las facturas y del telediario. Quererme un poco más que hace cinco minutos y hacérmelo saber, de alguna manera.

   Te regalo un deseo. Llenarte de unas ganas locas de reír y de que salgas corriendo en busca de una diadema bonita para el pelo. Que necesites llamarme y te encuentres pidiéndome que apague la luz, que cierre mi puerta y entonces, empieces a leer el mismo cuento que estás leyendo ahora. Y ojalá no podamos dejar de llamarnos cada noche, para contarnos el mismo cuento. Toda una vida.

   Un cuento para llevarte de viaje, y para leerle a tus hijos y a los míos, a tus nietos y a mi abuela. A las calles y a los parques.

   Te regalo un cuento sin papel de colores ni un "espero que te guste". Sin aplicar el IVA y sin descuento por pronto pago. Un cuento que habla de ti y de mí, que pueda leerse cualquier día del año, a cualquier hora, sea cual sea tu estado de ánimo o tu sabor favorito de helado.

   Te regalo este cuento. 



Jorge Gonzalvo Díaz.
Nota: Carta finalista (segunda clasificada) del IV Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor de Escuela de Escritores.

22 sept 2010

Tu perfecta imperfección.

I can see through you
See your true colors
Cause inside your ugly
Your ugly like me
I can see through you
See to the real you
(Outside - Staind)


   
   Sí. Eres lo más perfecto que ha pisado este planeta lleno de imperfecciones humanas por doquier que llegan hasta el extremo de lastimar retinas. Eres tu la excepción, siempre lo has sido.

   Tu cara con rasgos finos y bien acabados como de ángel celestial con alas de infierno, tu cuerpo esculpido por Miguel Ángel en alguna de sus reencarnaciones, y esa voz que me hace creer que existe vida después de la muerte.

   Todo eso hasta que miro dentro de ti y descubro que quizá eres la muerte misma y que después de ti, no hay nada, ni siquiera idea de reencarnación. Tu alma podrida, sin salvación, resignada a quemarse y lo sabes. Tampoco te importa.

   Sí. Eres seductora oscuridad a la que nadie se puede resistir por más que lo intente. Eres misterio y llevas veneno. Eres tóxico y adictivo. Eres tormentoso y destructivo. Y la verdad, yo también.

   Lo debo admitir: somos iguales, porque por dentro eres feo, tan feo como yo.

21 sept 2010

Inside - Outside

I've been looking in the mirror for so long.
That I've come to believe my soul's on the other side.
All the little pieces falling, shatter.
(Breathe no more- Evanescence) 

INSIDE.- 

   Ella está allá, del otro lado. Es tan hermosa y su rostro tan triste. No puedo entender ese contraste. Duele tanto verla así.

   Nos separa un vidrio delgado: un espejo. Y nos parecemos tanto, tanto... Parece que está encerrada en un mundo que percibo es frío y tan triste como ella. Siento compasión por ella y me gustaría ayudarla. Hace mucho que no ve la luz, ha perdido poco a poco el concepto y me cuenta que la extraña. Que me extraña a mi.

   Le confieso que también la extraño, que extraño su oscuridad y su perversión, su capacidad para adorar al silencio, de tener una paz glacial, como si estuviese muerta. 
   
   Pero no la extraño tanto como ella quisiera, no tanto como para permitirle que sea yo otra vez. Somos iguales pero vemos el mundo distinto. Lo sabe porque se lo he dicho. Lo sabe porque por eso la dejé ahí encerrada en ese otro lado del espejo para que no me perturbe más, para que no me empuje a su abismo del que casi no vuelvo. Mejor dejarla y no volverla a ver.

OUTSIDE.-

   Ella está allá, frente al espejo. Bajo hipnosis total. Tan hermosa y su rostro tan triste. Busca algo dentro de él y no sé que es. Se ve tan distante, perdida en otro mundo, uno muy lejos de aquí. Me parece que lucha contra ella misma: su luz, su oscuridad; su alegria, su tristeza; sus ganas de vivir, sus ganas de morir. Quizá hojea el libro que ha sido su vida, lo hace lentamente, no hay por qué apresurarse.

   Descubre que ha vivido, aunque para ella, vivir ha sido doloroso, y a pesar de todo, ha descubierto felicidad a su alrededor. ¿Qué le habrá pasado que discute tanto con su otro yo? Se refleja en su faz la idea de dejar de existir. Se levanta. Se va. Ha ganado la batalla. Ha decidido vivir un tiempo más.

16 sept 2010

Termina la vida...

   
    …Y al final del camino ella te espera con la paciencia que sólo ella sabe tener. Luego de que hayas caminado y corrido tanto que ya no puedes continuar. luego del agotamiento que a veces implica el vivir. Ella sabe en qué momento esperarte, a veces más temprano, a veces más tarde pero siempre te esperará porque ella va contigo sin que te des cuenta. 
 
   Sabe cuándo quieres correr, sabe cuándo quieres caminar, sabe cuándo quieres detenerte para amar y ser amado, para llorar porque la vida te parece demasiado injusta para seguir,  para tomar un respiro o para quedarte allí por siempre. Es ahí, en cualquiera de esos momentos cuando ella te toma de la mano, la sientes tan fría que tú también sientes frío y hasta miedo por no saber a donde te lleva, no te puedes resistir a ser llevado por su silencio y su soledad y tal vez algo de su comprensión. Te alejas de la vida poco a poco y entras a su mundo, a tu nuevo camino, a tu nueva misión.

8 sept 2010

Carta de amor: "Bienes comunes".


Estimada Cristina:

   Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial. A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...)(...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal. 
  
   Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú. Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo. 

COSAS QUE DESEO CONSERVAR:
1.  La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por   primera vez en la oficina.    
2.  El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.     
3.  El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.     
4.  La mancha de rimel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.    
5.  La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.     
6.  El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con  maquillaje  porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.     
7.  Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna  de miel en Londres.    
8.  Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos.     
9.  También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti.    

COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:    
1.  Los silencios.     
2.  Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.  
3.  El sabor acre de los reproches. >    
4.  La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de mi cama estaba vacío.  
5. Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.   
6. El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que recibias alguna llamada telefonica sin saber quien era.   
7.  Las lágrimas que me tragué cuando descubrí que todod habia terminado.    
8.  Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca  llegamos a tener.   

   Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc)  puedes quedártelos todos.   Al fin y al cabo sólo son eso:... objetos.   

   Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado (.......)  para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.   

Afectuosamente, Roberto.   

NOTA 1: Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor.  Es la más famosa de este concurso y la que ha dado la vuelta al mundo.

NOTA 2: Lloré con ella hace 4 años cuando la leí por primera vez... y hoy que me la encuentro y la posteo para compartirla contigo, vuelvo a llorar...

2 sept 2010

Intenso "amor".

   Hace tanto que te conozco y, sin embargo, tú no sabes nada de mí, ni siquiera mi existencia… hasta hoy. Siempre tan apuesto y arrogante, te veía en los pasillos de la universidad con tus amigos… atraes tanta gente hacia a ti! Como un imán. Eso es lo único que te gusta de ir allá: sabes que eres el chico popular, el centro… pero aun así, sabiendo todo esto, dejaba escapar mis suspiros, mis pensamientos, mis sueños y unas cuantas lágrimas en mi casa al reconocer la gran distancia entre tu y yo. De esta manera entendí que era amor lo que sentía hacia ti…

   Sí… amor… te preguntarás, como puedo amarte si no te conozco? Pues aunque no lo creas te conozco más de lo que podrías pensar: sé que te gusta el color violeta y sin embargo, usas rojo o naranja para llamar todavía más la atención; que amas la coca-cola aunque no deberías tomarla porque te lo prohibieron en el modelaje y además te hace daño; que te gusta la playa tanto como las mujeres y que el piano te vuelve melancólico; que las chicas te gustan mucho más bajas que tu 1.92  y que las prefieres sin maquillaje para así contemplarlas bien aunque todas tus novias han sido modelos y por tanto amantes de Clinique y todo su repertorio; que buscas a la gente para así no sentir el vacío que llevas dentro de ti, ese al que tanto temes y no has podido llenar; que no te gusta Ingeniería sino Artes porque es allí donde te sientes un poco mas libre… como se todo esto? Porque eres como yo: tan solitario y triste como yo… 

   Y fue allí, por cierto, donde conociste a la chica morena, de ojos claros y de 1.65 m., sin maquillaje pero realmente atractiva, y que fue con ella con quien terminaste de sentir la libertad… fue a ella a la que le llevabas rosas, claveles y girasoles para que no se hiciera rutina; chocolates, peluches, sonrisas y amor… a ella la llevabas al cine y a tu casa para presentarla primero a tus padres y luego al resto de tu familia y cuando no había nadie, para hacer el amor con ella… por ella, cambiaste a las 3 rubias "poderosas" que tenías, que no saben donde queda Belice y sólo pensaban en la mamoplastia y en lo terrible de la nueva dieta para mantenerse bellas y así complacerte y ser dignas de ti…

   Por ella yo me sentí insignificante primero, y muy molesta después porque estoy segura que no te conoce como yo… que no te ama como yo… hablé con ella y se lo hice saber antes de dejarla en al fondo del lago y por eso te adormecí con algo que robé para traerte hasta aquí y así hablar un poco después de 2 años, 7 meses y 13 días de haberte visto en la cafetería de la universidad…

   Y ahora que me doy cuenta ya tienes mucho rato sin respirar… bueno… no importa… solo quería que supieras que te perdono por haberme cambiado por la chica morena, de ojos claros y de 1.65 m., sin maquillaje… espero que tu me perdones por haberme molestado y haberme pasado de la dosis que debía darte para asustarte solo un poco… pero debes entenderme también!!! La ira, el odio, se apoderaron de mi sin que pudiese evitarlo!!! Porque te juro que no era mi intención que todo terminara de esta manera… y para que veas que en serio te amo, me iré contigo al mundo al que te mandé sin querer… estará bien este nudo así?