Y se hizo La Luz.

   Beep beep beep beep… Suena y me fastidia el aparato al que encadené mi despertar y el comienzo de mi rutina desde hace varios años… Beep beep beep beep… Intento levantarme y apagarlo pero no responde el brazo y mucho menos la mano… ni las piernas, ni los ojos, ni siquiera la boca para gritar y preguntar qué diablos me pasa… beep beep…… deja de sonar y no fui yo quien lo apagó.

   Ahora en silencio, vuelvo a pensar qué me pasa, que si no me levanto no presentaré el examen importante que tengo en la universidad, ni podré entregar el trabajo que salvará la nota de una de mis materias… 

   ¡Muerta…! no respiro, no escucho los latidos  de mi corazón pero sí lo que está afuera: grita mi mamá y llora mi hermana, mi papá intenta llamar a alguien pero los nervios no lo dejan… ¡no se le muere una hija todos los días! No entiendo por qué si estoy muerta, escucho y veo todo… ¿Dónde está el túnel del que tanto hablan? Estoy por pensar que ciertamente somos engañados…
   Una ambulancia y su ruido impertinente… aparatos… tubos… creo que no me he muerto del todo… y aparece Ella: "La Luz". Es intensa, no lo puedo negar, más que la que está en la sala de emergencias, tanto que no termino de ver si detrás de Ella está el famoso túnel o no… Me arriesgo y decido avanzar pero me detiene: "No es tu momento… no has cumplido tu misión… regresa…" 

   Y me veo otra vez entre tubos, en una cama fría, conectada a aparatos… y por primera vez siento miedo, ese límite ligado a la razón que muchas veces no usamos en el momento que debe usarse… "¿Qué misión?" "La que no has cumplido aún"…  La verdad no quiero regresar… "Pero debes hacerlo. Estarás bien". Poder de convencimiento… ¡¿Cómo se supone que estaré bien en ese estado?!

   Nada… regreso… vuelvo a respirar… vuelvo a escuchar el tum tum y el suave beep beep del aparato que registra mis signos vitales y que no solo es sinónimo de que hay que comenzar el día sino que ahora es signo de que debo comenzar la vida de nuevo… Y pensar que no conocí el túnel…